Mucha información se organiza en orden alfabético. No sólo se trata de las palabras del diccionario, sino también que es muy común tener que buscarse a uno mismo en una lista por orden alfabético, y el propio ordenador te permite elegir ese orden para ver tus ficheros.
Aporto aquí algunos materiales que ha preparado Ainhoa León, que ha sido alumna de prácticas mía en el colegio. Con ellos están trabajando algunos alumnos de apoyo de 1º de Primaria que ahora mismo están en el tema del abecedario.
En primer lugar tenemos el cartel, un recorrido con todas las letras en el que cada alumno tiene una estrella con su nombre que indica hasta que letra es capaz de recitar en orden y sin equivocarse. En algunos momentos de la clase un alumno puede pedir intentar hacer avanzar su estrella. Para eso tiene que ir diciendo las letras, hasta que cometa un error. Cuando se equivoca se le indica cómo tendría que haberlo dicho y se pone la estrella en la última letra correcta.
A los alumnos les dijimos que al llegar al final del recorrido les daríamos una hoja de buenas noticias (un minidiploma) indicando que ya habían aprendido el abecedario.
Tenemos también el consabido abecedario en el que repasan, y del que se llevan una copia a casa.
Por último, tenemos un conjunto de flash-cards que preguntan por la letra siguiente. Por una parte, si eres capaz de decir qué letra viene después de cualquier letra, ya tienes el conocimiento necesario para recitar el abecedario. Soy consciente de que las cosas suelen funcionar al revés y que las partes del abecedario que ya te sabes son las que permiten decir qué letra viene después de otra, pero hacer el juego de ir adivinándolas puede animar a los alumnos a memorizar más partes del alfabeto.
Estas tarjetas se imprimen por las dos caras y el alumno tiene que leer la pregunta, tratar de responderla y comprobar su respuesta mirando la cara posterior. Es importante que el papel sea grueso, porque, lo que me ha sucedido es que la parte trasera se transparenta y hay alumnos que prefieren tratar de adivinar qué letra se ve por detras (con bastantes errores, ya que las ven invertidas) antes que pensar en la respuesta. Es curioso cómo hacen eso incluso cuando se les pregunta por las primeras letras, y aparentemente les costaría menos pensar la respuesta que tratar de adivinarla así.
No se están utilizando exclusivamente estos materiales, sino que también hay ejercicios clásicos como completar las letras que faltan, darles una letra para que escriban la anterior y la siguiente, e incluso utilizamos una canción del abecedario para memorizarlo. Cualquier cosa que ayude es bienvenida, por eso aportamos también estas ideas.