Intervención sin evidencias

¿Son eficaces los tratamientos no farmacológicos?

Cuando escribes un blog sobre el tratamiento educativo del TDAH es porque das por supuesto que es útil y beneficioso, pero lo que yo crea es poco relevante. A la hora de elegir un tratamiento, un método o una técnica de intervención, lo principal es preguntarse si se ha investigado su eficacia y qué resultados se han obtenido. Y como complemento conviene preguntarse si las investigaciones realizadas eran fiables.

Edmund Sonuga-Barke

Comento en esta entrada un importante trabajo en el que han participado más de 22 investigadores coordinados por Edmund Sonuga-Barke. Destaco de todo el grupo de autores a la Dra. Maite Ferrín, que casi es vecina mía. El artículo publicado se titula non pharmacological interventions for ADHD: systematic review and meta-analyses of randomized controlled trials and psychological treatments.

El estudio

Tal como el título indica, se trata de una revisión sistemática, es decir han localizado la investigación realizada sobre el tratamiento del TDAH mediante modificaciones en la dieta, entrenamiento cognitivo, neurofeedback, y terapia cognitivo-coductual. Concretamente, en la revisión se incluyeron, de forma exclusiva, estudios experimentales publicados en revistas científicas con sistema de revisión por pares. Si hiciésemos una clasificación del nivel de calidad de los distintos tipos de investigaciones, éstas estarían en la zona más alta.

Hay otras dos cuestiones importantes sobre las investigaciones que se incluyeron en esta revisión. Una es que solo se aceptaron aquellas en las que los participantes tenían un diagnóstico de TDAH o cumplían los criterios de alguna escala validada de evaluación del TDAH. Otra, que los niños o adolescentes que recibían el tratamiento estudiado no podían estar recibiendo al mismo tiempo un tratamiento farmacológico.

Lo que se pretendía era comprobar si los tratamientos estudiados producían una disminución en los síntomas del TDAH y una de las cosas que más me gusta de esta revisión es que distinguieron dos tipos de valoraciones. El primer tipo eran las valoraciones más próximas, realizadas por los padres o por los profesores, si la intervención era escolar. En estos casos las personas que realizaban la valoración sabían que el niño había recibido un tratamiento y cuál. El segundo tipo de medida era el de las valoraciones probablemente ciegas, en las que era bastante probable que la persona que realizaba la evaluación desconociese el tratamiento recibido por el niño.

Resultados

He tratado de resumir los resultados de esta revisión en la tabla siguiente, que debe tomarse con mucha precaución porque no informa de cuestiones importantes como la heterogeneidad de los resultados, pero tampoco quiero espantar a los lectores con cuestiones técnicas que yo mismo no entiendo muy bien.

Tratamiento

Valoración más próxima

Valoración probablemente ciega

Dietas restrictivas o de eliminación

8 estudios con TE=1,48

6 estudios con TE=0,51 n.s.

Exclusión de aditivos

8 estudios con TE=0,32

8 estudios con TE=0,42 ¿n.s?

Suplemento de ácidos grasos

11 estudios con TE=0,21

11 estudios con TE=0,16

Entrenamiento cognitivo

6 estudios con TE=0,64

5 estudios con TE=0,24 n.s.

Neurofeedback

8 estudios con TE=0,59

4 estudios con TE=0,29 n.s.

Cognitivo – conductuales

15 estudios con TE=0,40

7 estudios con TE=0,02 n.s.

Para interpretar la tabla, diré que TE significa tamaño del efecto que en este caso mediría cuantas desviaciones típicas disminuyen los síntomas de los que reciben el tratamiento con respecto al grupo de control. Las letras n.s. indican que el resultado no era estadísticamente significativo (p > 0,05). En la exclusión de aditivos está entre interrogantes porque encuentro una contradicción: mientras que el texto dice que el resultado fue no significativo y que el intervalo confidencial empezaba en -0,13, el gráfico correspondiente indica que el resultado fue significativo y que el intervalo confidencial empezaba en 0,13. Me parece más fiable el gráfico, porque el intervalo confidencial es simétrico mientras que el del texto no (tendría que empezar en 0,13 para serlo).

¿Qué implicaciones tienen estos resultados?

En primer lugar recuerdan una cosa muy importante sobre el método de las investigaciones científicas: si las personas que valoran la eficacia de un tratamiento saben quiénes lo han recibido y quiénes no, los resultados tienden a ser mayores que si no lo saben, por tanto es recomendable utilizar, siempre que sea posible, evaluadores «ciegos» que desconocen quién ha sido tratado y quién no. Reconozco que eso es difícil en educación.

En segundo lugar, parece que la exclusión de ciertos aditivos y los suplementos de ácidos grasos producen efectos beneficiosos sobre los niños y adolescentes con TDAH, aunque hay que tener en cuenta que, en el primer caso, los autores afirman que los estudios solían realizarse con participantes que habían mostrado sensibilidad a ese tipo de aditivos, y, por tanto no podrían generalizarse a todos los niños con TDAH. En el segundo caso, el efecto obtenido es realmente muy pequeño.

¿Abandonamos los tratamientos conductuales? Los autores de la revisión no recomiendan hacerlo de momento. Es cierto que los resultados son los que son, pero hay que tener en cuenta que lo que se está valorando es si producen una reducción en los síntomas del TDAH, que parece que no lo hacen. Pero este tipo de intervenciones podría producir otro tipo de beneficios, como mejorar el rendimiento escolar, o reducir el estrés de los padres. No estoy diciendo  que produzcan esos beneficios, eso habría que comprobarlo y para empezar, quizá estaría bien hacer una revisión como la de Sonuga-Barke y sus colaboradores pero centrada en los beneficios académicos y sociales de los tratamientos educativos. ¿Alguien se anima?

Intervención con evidencias limitadas

Tratamiento del tdah mediante la dieta

Aunque a algunos les pueda sorprender, hace más de 30 años que se intenta tratar el tdah mediante la dieta. A mediados de los años 70 (yo acababa de nacer y solo algunas personas muy documentadas habían oído hablar del tdah por este país) un alergólogo californiano llamado Benjamín Feingold propuso que el tdah podía ser desencadenado por aditivos alimentarios y por sustancias naturales presentes en algunos alimentos.

Desde entonces se están realizando investigaciones sobre el efecto de los alimentos en los niños y adolescentes con tdah. La cantidad de datos existentes permite aplicar técnicas estadísticas para sintetizar información, y recientemente se han publicado dos revisiones muy interesantes sobre efectos de la alimentación en el tdah.

Las propuestas sobre los efectos de la alimentación en el tdah pueden ser radicales, al estilo Feingold: el tdah se produce como consecuencia del exceso o la carencia de alguna sustancia en el organismo, o moderadas: los síntomas del tdah mejoran o empeoran según la concentración de esa sustancia.  Entre las sustancias que podrían empeorar con su presencia los síntomas del tdah se han considerado las siguientes:

  • Colorantes y potenciadores del sabor artificiales.
  • Azúcar.
  • Alimentos con mayor cantidad de salicilatos, como brócoli, pimientos, naranjas, fresas, embutidos,…
  • Alimentos como chocolate, leche, cítricos o cereales.

También se ha pensado que el tdah podría agravarse si hay carencia de algunas sustancias como éstas:

  • Ácidos grasos.
  • Vitaminas.
  • Minerales

Quien sepa inglés puede encontrar un resumen muy interesante de los primeros 25 años de investigación sobre la relación entre tdah y dieta en Diet, ADHD & Behavior: A Quarter-Century Review and a Parent’s Guide. ¿Qué sucede en ese tiempo? que los estudios proporcionan resultados dispares, y, a veces, contradictorios. No aparecen envidencias de que sea cierta la propuesta radical (el tdah es consecuencia de la concentración de determinadas sustancias), no se puede descartar que haya una relación entre la presencia (o ausencia) de algunas sustancias y el tdah, pero parece que esa relación solo se observa en algunos niños con tdah.

Colorantes

Acaba de publicarse una revisión titulada Meta-Analysis of Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder or Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder Symptoms, Restriction Diet, and Synthetic Food Color Additives.  Según esta revisión, aproximadamente un 8% de los niños con tdah podría tener síntomas relacionadas con los colorantes sintéticos.

Eso aparece en el resumen, ya que no he podido conseguir el texto completo del artículo.  En 2011 se publicó una revisión narrativa sobre los efectos de los colorantes artificiales en el tdah titulada Dietary sensitivities and ADHD symptoms: thirty-five years of research. Esta revisión plantea que los resultados de varias investigaciones indican que un subgrupo de niños con tdah mejora en sus síntomas cuando se retiran de su dieta los colorantes artificiales, y que también suelen ser sensibles a alimentos como leche, chocolate, soja, harina refinada, maíz, legumbres, uvas, tomate y naranja.

Omega-3 

Otra publicación reciente es Omega-3 Fatty Acid Supplementation for the Treatment of Children with Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder Symptomatology: Systematic Review and Meta-Analysis. Se trata de una revisión sistemática en la que se buscaron en los que se repartía al azar a niños en un grupo que recibía un tratamiento con un suplemento de ácidos grasos omega-3, y en otro grupo que recibía un placebo, normalmente aceite de oliva, girasol o palma. Otro requisito es que los participantes eran evaluados con escalas de valoración de los síntomas del tdah.

Se encontraron 10 estudios que cumplían esas características, y en los que participaron 699 niños. En dos de esos estudios se apreciaba un efecto significativo del tratamiento con omega-3. Otros dos mostraron efectos positivos en algunas, pero no en todas las escalas utilizadas para valorar el tdah, y otros seis no mostraron efectos significativos (en la mayoría los niños tratados con omega-3 experimentaban una mejora mayor que el grupo placebo, pero la diferencia era muy pequeña y no se podía descartar que fuera debida al mero azar).

Al considerar cojuntamente los datos de todos los estudios aparecía un efecto pequeño pero significativo del tratamiento con omega-3, tanto sobre la inatención como sobre la hiperactividad. Este efecto aparece tanto cuando el suplemento de omega-3 es el único tratamiento que se utiliza como cuando los alumnos ya siguen un tratamiento médico. No se encontró relación entre la duración del tratamiento y sus efectos, pero sí entre la dosis y los efectos producidos. Un dato que resulta oscuro para mí, pero que parece importante es que la eficacia en los tratamientos aparece cuando el suplemento de omega-3 contiene ácido eicosapentanóico, pero no cuando contiene ácido docosahexanóico o alfa-linoléico.

Los autores de este estudio proponen que, debido al pequeño efecto obtenido con los suplementos de omega-3, no es recomendable su uso para sustituir a un tratamiento médico, pero sí puede ser un complemento para aumentar la eficacia del tratamiento médico, especialmente por la poca repercusión de sus efectos secundarios.

No se analiza el efecto de alimentos sino de un suplemento alimenticio

No obstante, advierten que las conclusiones están obtenidas mediante una síntesis de los resultados de varios estudios, y algunos de esos estudios son de baja calidad, y sugieren que, para confirmar sus resultados sería necesario que se realizaran estudios con una muestra mínima de 330 alumnos (había 117 alumnos en el que más participantes tenía de los que se analizaron), en los que se garantice una correcta distribución aleatoria de los participantes, y que tanto éstos como las personas que aplican el tratamiento y recojan los datos desconozcan si están recibiendo el suplemento de omega-3 o el placebo.

Es importante tener en cuenta que el estudio no analiza los efectos de tomar alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, sino de un suplemento alimenticio.