Curiosidades

¿Siempre distraído en clase?

Los alumnos con TDAH se distraen en clase. Bueno, se distraen en clase más que sus compañeros sin TDAH. El caso es que acabo de leer un artículo de investigación que confirma esa afirmación pero descubre un matiz interesante: es cierto que los alumnos con TDAH se distraen más en clase, pero hay actividades en las que se distraen menos. Mi interés se dispara porque empiezo a ver una posible aplicación práctica de esta investigación.

El artículo se titula The impact of instructional context on classroom on-task behavior: A matched comparison of children with ADHD and non-ADHD classmates, y está escrito por un grupo de siete investigadores belgas, liderados por Lindita Imeraj, y en el que participa Edmund Sonuga-Barke, de quien hablé en mi anterior entrada.

El estudio

En esta investigación se observó a 31 alumnos de Primaria con TDAH de tipo mixto (con inatención e hiperactividad-impulsividad), que no recibían tratamiento farmacológico por lo menos desde 24 horas antes de comenzar la observación. También se observó a 31 alumnos de las mismas clases con desarrollo sin TDAH ni otros problemas de aprendizaje o del desarrollo, y la atención que los profesores prestaban a unos y a otros.

Se observó a los alumnos durante dos días, realizando, en total cuatro periodos largos de observación, dos por la mañana y dos por la tarde. La fiabilidad de las observaciones se garantizó como suele ser habitual en este tipo de estudios, con un sistema de códigos para registrar comportamientos predefinidos, y comparando los registros de distintos observadores en la misma situación.

Resultados

En todas las comparaciones realizadas, la atención de los alumnos con TDAH a lo que se estuviese haciendo en clase (explicación o tarea) fue menor que la de sus compañeros con TDAH, pero en algunas comparaciones la diferencia fue significativa y en otras no.

Diferencias significativas

· Tiempo total dedicado a las actividades de clase.
· Tiempo dedicado al trabajo individual.
· Tiempo dedicado a atender a explicaciones para toda la clase.
· Duración de los ratos en los que los alumnos se concentran en las clases de Matemáticas.
· Duración de los ratos en los que los alumnos se concentran en las clases de Lengua.
· Duración de los ratos en los que los alumnos se concentran en las clases de Ciencias.
· Duración de los ratos en los que los alumnos se concentran en las transiciones entre clases (actividades como recoger, preparar el material, anotar la tarea…).

Diferencias no significativas

· Tiempo dedicado al trabajo en pequeño grupo.
· Duración de los ratos en los que los alumnos se concentran en las clases de Educación Artística (plástica y música).

Respecto a la estructura de clase, la distracción era más notable en actividades realizadas por toda la clase, seguidas por el trabajo individual y por el trabajo en pequeño grupo. Según el contenido, la distracción era más notable cuanto más contenido «académico» tenía la actividad que se estaba realizando. En general, los profesores dedicaban más tiempo a la supervisión de los alumnos con TDAH que a la de los otros niños observados. Mientras que el profesor atiende individualmente a un alumno sin TDAH durante un 4% del tiempo de observación (como media), atiende individualmente a un alumno con TDAH durante un 7% de la observación (también como media). La diferencia es significativa en el trabajo en pequeño grupo en comparación con el trabajo con la clase completa, y en el trabajo de Lengua y Matemáticas en comparación con el de Educación Artística.

Comentario

Estas observaciones confirman algunas cosas que ya eran conocidas por otras investigaciones, y por la convivencia diaria con los alumnos con TDAH. No es ninguna novedad saber que dedican menos tiempo a las actividades de clase, ni que los ratos que dedican son más cortos. Pero hay algunos datos especialmente interesantes: uno es que las diferencias en la concentración en el trabajo disminuyen notablemente cuando se trabaja en pequeño grupo, y en asignaturas con menor contenido académico, como Educación Artística. Otro, que los profesores, al menos los que fueron observados, dedican más tiempo de atención individual a los alumnos con TDAH que a los alumnos sin TDAH.

Sería demasiado simple tratar de mejorar las cosas por la directa pensando que los alumnos con TDAH rendirían mejor si se trabajase preferentemente en pequeño grupo. No sabemos, por ejemplo, si había diferencias en el contenido del trabajo: muchas veces los profesores utilizan el tiempo de trabajo individual para practicar los aprendizajes más difíciles y que requieren más concentración (por ejemplo, responder preguntas sobre un texto), mientras que el trabajo en pequeño grupo es más distendido (por ejemplo, hacer un mural). También  hay que tener en cuenta que, antes de hacer la observación, los alumnos con TDAH tenían peor rendimiento que sus compañeros en las áreas de Matemáticas, Lengua y Ciencias, pero que su rendimiento era similar en Educación Artística.

8 respuestas a “¿Siempre distraído en clase?

  1. El TDAH no existe, es una gran mentira. Es una enfermedad inventada para etiquetar y catalogar a esos niños con una gran energía y que necesitan canalizarla mediante actividades dinámicas o que les gusten. Lo que ocurre es que no encajan en un sistema educativo hecho para gente sumisa que acata las órdenes del profesor cual sargento, por eso todos esos niños muy creativos y dinámicos se aburren estando sentados en un pupitre. Es de una lógica aplastante. Si en vez de diagnosticar y medicar trastornos inventados pusiéramos a disposición de los niños el entorno, las herramientas y las actividades adecuadas para permitirles explorar y descubrirse a sí mismos haciendo lo que verdaderamente les motiva desaparecería prácticamente la totalidad de los trastornos psiquiátricos que no son más que el resultado de un sistema educativo obsoleto y enquistado que no termina de transformarse y adaptarse a los nuevos tiempos. Pero claro, aquí parece que prefieren hacer borregos autómatas para trabajar para el sistema en vez de potenciar el autoconocimiento del individuo. En fin…

    1. ¿Algún dato que confirme lo que dices? ¿Se basa en tu experiencia como docente? ¿Te parece que no hay profesores que se esfuercen por proponer actividades interesantes y que ayudan a los niños a descubrirse a sí mismos? ¿La lógica aplastante implica que los que nos aburríamos mucho en clase (recuerdo hacerlo) pero aprobábamos y no nos metíamos en líos es porque no éramos nada creativos? ¿No te parece que lo que escribes tiene poco que ver con el tema de la entrada y que los datos que aparecen en esta investigación contradicen lo que propones?

      1. El simple hecho de poner la etiqueta de TDAH a una forma de ser ya es un error. Lo que habría que preguntarse es por qué cada vez hay más niños con ese supuesto TDAH. ¿Te lo has preguntado? ¿Te has preguntado cómo es posible que en un mundo tan dinámico como el de hoy se pretenda educar a los niños como hace cincuenta años? ¿Qué sentido tiene eso? La vida es muy diferente a lo que fue hace tan solo 20 años y el modelo educativo que tenemos hoy en día es antiquísimo: niños encerrados en una clase sentados en un pupitre recibiendo información que a la mayoría no le interesa pero que por imposición del sistema tienen que acatar ya que se supone que han de aprender una serie de materias para ser universitarios (esta titulitis ahora tan extendida entre los padres…), conseguir un trabajo (con suerte), pareja, hipoteca, coche, niños, perro y pensión… El estándar, vamos. La vida ha cambiado enormemente y lo que esos niños más activos nos están advirtiendo es que debemos transformar radicalmente el sistema educativo y el sistema en general porque el mundo cada vez cambia más rápido y hoy en día los niños son mucho más despiertos, aprenden por curiosidad e imitación, si algo les motiva absorben la información hasta que la tienen asimilada y pasan a lo siguiente. Los niños no aprenden lineal ni cronológicamente sino que lo hace de forma holística. Esos niños diagnosticados con TDAH en realidad son niños con una gran energía que si es canalizada adecuadamente pueden llegar a ser muy buenos en distintas facetas, lo que ocurre es que al sistema no le interesa porque suponen una molestia para el desarrollo estándar de la educación. Supondría cambiar muchas cosas y no todo el mundo está dispuesto a hacerlo. Medicar a un niño porque tiene más energía que el resto es condenarle a la frustración. Yo me aburría mucho en clase y siempre estaba molestando pero en tealidad lo que me ocurría es que tenía mucha energía y estar sentado en un pupitre todos los días para mí era una tortura porque necesitaba moverme, hacer cosas con el cuerpo y con las manos, deportes, arte, música, manualidades… y no sólo matemáticas, lengua, ciencias, etc. En el mundo hay más cosas que las matemáticas (por cierto, no recuerdo ni cómo hacer una raíz cuadrada), lengua, etc… Los niños, por el simple hecho de serlo, necesitan explorar y conocerse a sí mismos, y esto lo hacen interactuando con el entorno. La educación es básicamente del intelecto, pero nos hemos olvidado de que también tenemos un cuerpo físico, emociones y espíritu, y si no los atendemos no estaremos en equilibrio. Por otro lado la competitividad existente en las aulas mediante la presión por sacar buenas notas que al final nos comparan con los demás, la presión de los padres, profesores y sociedad en general, no hacen sino frustrar más a los niños e infundir más la competitividad que está generando una sociedad cada vez más materialista, consumista, individualista y superficial. En definitiva, no creo en eso que llaman TDAH así como muchos otros psiquiatras, psicólogos y pedagogos en general tampoco. En mi opinión es un puro invento de un sistema que no sabe qué hacer con esos niños que están forzando una profunda transformación de la educación. Los que no lo entiendan se quedarán atrás. El mundo ya no es ni volverá a ser como antes. La información está presente en nuestro día a día y los niños tienen acceso a ella desde que nacen. Cada niño tiene unos talentos y habilidades innatas que si les ayudamos a descubrir y desarrollar tendremos un mundo mejor, más feliz y equilibrado. La palabra educar etimológicamente significa sacar de dentro, no introducir conocimientos. Intentar que un niño con una inclinación natural y evidente hacia el arte se convierta en abogado porque sus padres así lo quieren es crear un ser frustrado y enojado que tarde o temprano se manifestará de forma negativa, bien por una enfermedad, depresión, agresividad o cualquier otra cosa. Los niños rebeldes lo son porque no aceptan el sistema y afortunadamente cada vez son más los jóvenes que se rebelan contra este sistema anacrónico que hemos creado y que sólo nosotros podemos transformar. Un saludo.

      2. Hola de nuevo Jorge:
        Tu comentario es tan extenso que no creo que pueda responder a todo lo que planteas, pero hay algunas cosas que sí me gustaría comentar:
        1. La idea de que el TDAH es una forma de ser: estoy de acuerdo en que ser inquieto, curioso, emprendedor, incluso ser distraído puede tener mucho que ver con el carácter y que para nada se trata de una alteración o un trastorno. Pero en el diagnóstico de TDAH no solo se valora que el niño sea claramente más movido, impulsivo o distraído que la media, sin también que eso le traiga claros problemas en su vida diaria.
        2. Las constricciones del colegio: dejemos de lado a aquellos niños en los que los problemas son del tipo «me he tirado a esta piscina y me estoy hundiendo: no sé nadar», o «he salido corriendo y veo un coche que me va a atropellar: estoy en medio de la carretera». Muchos niños con TDAH, la mayoría, tienen problemas en el colegio. Estoy de acuerdo que cuanto mayor es el nivel de exigencia más evidentes son estos problemas (como les pasa a los alumnos sordos, disléxicos, extranjeros,…). Pero, si te fijas, según los datos que aparecen en la entrada, en todas las comparaciones la atención de los alumnos con TDAH era menor que la de los alumnos sin TDAH. A veces las diferencias eran significativas y a veces no, pero siempre era menor, estuviesen escuchando al profesor o trabajando en grupos, haciendo matemáticas o música, o buscando el almuerzo en la mochila para salir al recreo…
        3. El TDAH: en tu comentario te refieres siempre a los niños movidos y con energía. En muchos casos lo que predomina son los problemas de atención y estamos hablando de niños dóciles, nada molestos, pero que se distraen con mucha mucha facilidad.
        4. La idea de que la educación no ha evolucionado: no tengo ningún dato contundente que aportar, pero trabajo en un colegio y no trabajo igual que hace 10, ni 5 años. No se enseña como me enseñaron a mí, y observo que hay diferencia en cómo funcionan las cosas con entre mis hijas que se llevan 2 y 6 años. Mientras que ninguna alternativa a la escuela tradicional ha salido adelante (si fueran tan buenas se hubieran comido a la escuela de siempre por pura selección natural, ¿no?) la escuela «tradicional» ha incorporado muchas de las cosas buenas que tenían esas alternativas. Habrá ejemplos concretos para todo, pero en los colegios nos preocupamos por el desarrollo social y afectivo de los alumnos. Creo que también del espiritual aunque en eso hay opiniones muy diferentes. De cualquier manera la educación es competencia de las familias y de la sociedad. No sé por qué se pretende que las escuelas se encarguen de todo eso.
        5. Según la etimología educar es sacar lo que uno tiene dentro: hay otra etimología según la cuál educar es llevar a o conducir.

        Se me acaba el tiempo y, como dije, no he podido abarcar todo.

      3. Pero es que el problema es que se diagnostica con TDAH a un niño que no encaja o se adapta al modelo educativo tradicional simplemente porque no atiende o se distrae con facilidad. Yo no atendía y me distraía con mucha facilidad, pero cuando se trataba de dibujar, deportes, música, manualidades, cosas creativas, informática… estaba tan concentrado que se me iban las horas. No todos los niños son iguales, y la educación está enfocada a la generalidad y no a la individualidad, y esto viene de arriba, de los que «mandan». Un buen maestro debería ser alguien capaz de reconocer los talentos naturales del individuo y guiarle de la mejor manera posible para su desarrollo natural respetando siempre su unicidad y originalidad, nunca tratando de moldearlo en aras del sistema o del resto de los alumnos. Los niños son exploradores y su curiosidad innata le empujar a aprender por propia iniciativa, pero ellos lo harán a su manera y a su ritmo. Hoy en día vemos miles de casos de gente autodidacta en todo tipo de disciplinas y que son excelentes. Yo mismo me he encontrado con casos asombrosos, y veo en los niños unas ganas de aprender y experimentar increíbles, pero para eso hay que darles tiempo y espacio. No todos aprenden al mismo ritmo. Tenemos incluso casos de gente adulta sobresaliente que en la escuela fueron mediocres hasta que se enfocaron en aquello que les apasionaba. Como educador me centraría muchísimo más en potenciar el autoconocimiento y autodesarrollo del individuo que en forzarle a memorizar y aprender materias que en la mayoría de los casos sólo sirven para saturar los cerebros.

        Me refiero tanto a los niños hiperactivos como a los que sueñan despiertos. Son distintas formas de expresar la energía y creatividad interior. Como seres humanos somos energía consciente y esa energía tiene que ser movida ya que aguas estancadas se pudren. Si un niño muestra una clara pasión por las ciencias habría que estimularle y darle los recursos y entorno necesarios para que pueda seguir investigando y explorando esa faceta. Ya él se encargará de gestionar su energía.

        Cuando me refiero a que la educación no ha cambiado me refiero a todo el sistema educativo en general. Puede que hayan cambiado algunos detalles, pero en esencia sigue siendo lo mismo: niños dentro de un aula aprendiendo asignaturas con unos exámenes regulares y sistemas de puntuación para decidir «tú vales, tú no». Se le sigue dando más importancia a las ciencias y humanidades que ha las artes, música, deportes, etc… ya que socialmente aún está grabado en nuestro ADN que es más importante ser médico o abogado que ser músico o ilustrador. A muchos padres les aterra la idea de que su hijo no estudie una carrera universitaria y decida ser actor, por ejemplo. Precisamente ahora la crisis está propiciando que la gente por fin se lance a hacer aquello que verdaderamente les apasiona en vez de lo que está socialmente bien visto. Y me alegro, porque yo fui uno de esos casos que se estrelló por seguir al rebaño en vez de hacer lo que yo quería.

        El sistema no va a cambiar de un día para otro, y ese cambio no va a venir desde fuera, sino desde dentro. Todos estos niños y jóvenes rebeldes, ni-ni, etc… son los que con su forma de actuar están poco a poco como hormiguitas transformando el sistema desde dentro, como no puede ser de otra manera. Lo estamos viendo, cada vez es más palpable. Una verdadera transformación tiene que surgir desde dentro y por propia iniciativa consciente, nunca impuesta desde fuera.

        Estoy muy de acuerdo en que la educación es responsabilidad de todos. Padres, familia, amigos, profesores, sociedad, medios de comunicación, etc… En otros países, especialmente nórdicos y centroeuropeos, esto es muy palpable.

      4. Hola de nuevo, Jorge
        Estoy muy de acuerdo en que algo va mal si los diagnósticos se hacen a la ligera y sin seguir el procedimiento adecuado. No obstante, creo que a veces estamos escribiendo de cosas diferente: tú hablas del niño que no se concentra en lo que no le gusta o no entiende (creo que la habilidad de concentrarte en lo que no te gusta puede ser útil en la vida), y yo del que no se concentra ni siquiera en lo que le gusta, el que pierde la tarea de matemáticas, pero otro día pierde la hoja para apuntarse a la excursión.

        Me parece muy bien que se desarrollen los talentos de los alumnos, pero aquí nos metemos en terreno resbaladizo: ¿es el educador el que decide cuáles son esos talentos? ¿qué pasa si el alumno no quiere desarrollarlos? ¿qué pasa si no se desarrollan otras cosas que también son importantes?
        Igual se puede basar la educación en la curiosidad y la exploración infantil, pero hay un problema práctico, que son rasgos infantiles, y no es fácil encontrar adolescentes que tengan esas ganas de saber. Hay quien dice que el colegio se las ha quitado pero yo creo (no tengo ninguna prueba de ello) que sencillamente los adolescentes suelen tener ganas de estar con sus amigos.
        No sé si ser médico o abogado es más importante que ser músico, escultor o deportista, pero cambio mi sueldo por el de algún jugador de fútbol de primera división, ni siquiera hace falta que sea de los mejores.

      5. Hola Jorge:
        Pues, la explicación que da del origen del TDAH, o de la hiperactividad, porque no se fija mucho en los problemas de atención, se parece mucho a la explicación psicoanalítica del autismo (si es que existe una explicación psicoanalítica de algo, porque hay distintas corrientes, escuelas y modelos).
        Me gustaría saber de dónde sale el dato de que en España hay primarias (¿escuelas primarias?) donde la mitad del alumnado está consumiendo ritalín (dudoso porque se consumiría rubifén, que creo que es la marca española). De cualquier manera, si los hay son un sitio fantástico en el que investigar los efectos negativos del medicamento, ¿no?
        También me gustaría saber de dónde sale el dato de que el 90% de los niños diagnosticados con TDAH a nivel mundial tiene a sus padres separados o divorciados. Sencillamente, si es así, se aporta la referencia al estudio en el que se han obtenido esos datos y ya está, porque sería algo importante. Seguro que el señor Freud dice la verdad (la buena voluntad se presupone), pero me extraña no haber tenido noticia antes de esos datos, y me extraña que haya estudios mundiales sobre las características de los diagnosticados con TDAH. Eso sí, si no es así… bueno, dar datos falsos es, como mínimo, poco científico.
        Como profesor me declaro inocente, y creo que puedo defender a muchos colegas. No tengo ni la más remota idea de qué es el test de Colman con el que decimos si los niños tienen TDAH. Ni siquiera buscando en google he podido averiguar qué es ese test de Colman. Es más, los profesores no hacemos diagnósticos de nada. Uno puede tener su opinión personal, pero un diagnóstico de un problema de salud corresponde a los profesionales de la salud.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.