Intervención sin evidencias · Materiales

Ejercicios para el control del trazo

Bastantes alumnos con TDAH (y otros sin TDAH) tienen dificultades para controlar el trazo cuando pintan, dibujan o escriben. La intervención escolar más común para estos problemas es la práctica de las habilidades en las que se manifiesta el problema: pintar dibujos «sin salirse de la raya», repasar trazos o escritura y copiar figuras o modelos de texto.

Al parecer, otras alternativas como la relajación o el entrenamiento sensorial no han resultado fructíferas y cualquier programa para mejorar el trazo en la escritura debería incluir la práctica de la escritura y, como mínimo 20 sesiones de trabajo, más si se quiere mejorar la velocidad de escritura además del trazo.

Lo que quiero compartir aquí son unas actividades iniciales en las que el alumno tienen que realizar un recorrido con el lápiz en un solo trazo, sin salir del recorrido (o chocar con los obstáculos) ni levantar el lápiz. Las actividades se presentan como una carrera de coches en las que el coche no se puede detener y no se puede chochar. No se trata de una idea mía, sino que es algo que ví en unos libros de fichas que ahora no consigo localizar.

Grafomotricidad Fórmula 1

Los recorridos se complican progresivamente por la aparición de curvas y de obstáculos que el alumno tiene que esquivar. Por supuesto, es importante que además de la realización de esto o de otros ejercicios similiares, se supervisen algunas cuestiones importantes en la lectura como:

  • Forma de sujetar el lápiz: es muy común recomendar la pinza con los dedos pulgar, índice y corazón. Sin embargo mucha gente escribe de forma eficiente con otras formas se sujetar el lápiz. Lo que es muy importante es que la sujección esté cercana a la punta y permita el movimiento de los dedos (habría que poder hacer una letra sin desplazar la muñeca).
  • Movimiento: es muy ilustrativo observar qué partes del cuerpo mueve el alumno para escribir (dedos, muñeca, antebrazo o brazo completo). Los movimientos más precisos son los que se hacen con los dedos. En el desplazamiento a lo largo de la hoja suele intervenir el antebrazo y la muñeca realiza movimientos ligeros para corregir la posición de la mano.
  • Fuerza: para escribir sin cansarse los dedos deberían realizar la fuerza mínima necesaria para sujetar el lápiz con firmeza.
  • Presión: si se hace mucha presión del lápiz sobre el papel es necesaria mayor fuerza para sujetar el lápiz.
  • Postura: es importante observar si el alumno tiene una postura que permite los movimientos más adecuados para escribir. Como la mayoría de los alumnos escribe con la mano derecha, puede ser que en un ejercicio como el que propongo aquí su propia mano les tape el recorrido haciendo incómoda la actividad. Hay que evitar que la postura que adopten para corregir esa dificultad sea poco adecuada para escribir.

Además conviene revisar el estado del material. Aunque no sea decisivo es muy común encontrarse con alumnos que tiene rota por dentro la mina del lápiz porque se les ha caido al suelo en varias ocasiones. Mientras escriben se les rompe la punta y pierden mucho tiempo sacando punta, o tratan de escribir con la punta rota o se desesperan.

Otro problema frecuente de material es que los alumnos tratan de escribir con un lápiz muy corto de manera que no pueden apoyarlo bien en la mano y necesitan hacer mayor esfuerzo para controlarlo. Suelo indicar a mis alumnos que un lápiz más corto que su dedo índice no debería utilizarse para escribir.

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