Intervención con evidencias limitadas · Problemas de comportamiento

Papel de la actividad física en el tratamiento del TDAH

Trato un tema bastante más serio de lo que podría parecer por el título. Es serio porque, aunque parezca que no, se toman muchas decisiones acerca de la actividad física de los niños con TDAH. Para empezar, todas las personas que tratamos con niños con TDAH vamos desarrollando un sistema de creencias acerca del TDAH. En el caso de los niños muy inquietos e impulsivos se forman creencias como las siguientes (esto es sólo una percepción personal sin datos que la avalen):

  • Los niños con hiperactividad tienen mucha necesidad de movimiento, por tanto hay que darles oportunidades para que puedan hacer actividad física.
  • Los niños con hiperactividad tienen mucha necesidad de movimiento, por tanto hay que darles estrategias y oportunidades para que practiquen el autocontrol.
  • Los niños con hiperactividad tienen mucha necesidad de movimiento, por tanto se concentrarán mejor y harán el trabajo escolar con mayor calidad si están físicamente cansados y no sienten ese impulso de moverse.

Dependiendo de la creencia que cada uno tenga, tomará unas decisiones u otras, y no hablo de los grandes principios y objetivos de la vida, sino de situaciones como:

  • A lo mejor sería bueno que pasaras parte del recreo haciendo el trabajo que no has hecho durante la clase.
  • Este niño necesita más tiempo para estudiar, ¿debería abandonar alguna actividad extraescolar?
  • Le he advertido de que si suspende alguna asignatura le quitaré del equipo de…
  • He oído que sería bueno que practicase este deporte para mejorar el autocontrol.

Conozco a mucha gente que se ha visto en situaciones como esas, y se trata de temas que suelen aparecer en las guías para padres y profesores de niños con TDAH y que tienen relación no sólo con el rendimiento escolar, sino también con la disciplina, la autoestima del alumno o el comportamiento.

Los datos que proporciona la investigación

No se puede decir que las intervenciones basadas en el ejercicio físico hayan sido poco investigadas en el alumnado con TDAH. Consultando algunos estudios publicados entre 2012 y 2014 he encontrado los siguientes, y no es una lista exhaustiva:

En general, todos los estudios que he visto se encuentra alguna mejora en los niños que participan en los programas de actividad física. En varias ocasiones son mejoras de tipo físico, esperables, pero no por eso poco importantes. Pero algo bastante característico de estos estudios es, que se toman muchas medidas diferentes y se tiende a destacar aquellos resultados en los que aparece una mejora significativa. El problema es que, a veces, se trata sólo de una pequeña parte de las medidas realizadas y que en la mayoría de los resultados no se ha observado una mejora significativa. También hay que tener en cuenta que pocas veces se utilizan técnicas como las medidas ciegas (evaluar sin saber si el alumno que se valora ha recibido tratamiento o no) para controlar sesgos de confirmación (tendencia a encontrar mejoras en los alumnos que se sabe que han sido tratados).

Recientemente se han publicado tres revisiones sobre este tema. La primera, de 2011, se titula The effects of physical activity on attention deficit hyperactivity disorder symptoms: The evidence, y está publicada por Jennifer Gapin, Jeffrey Labban y Jennifer Etnier. La segunda es una revisión de Olga Berwid y Jeffrey Halperin, publicada en 2012 y titulada Emerging support for a role of exercise in attention-deficit/hyperactivity disorder intervention planning. La tercera revisión aún no ha sido publicada en ninguna revista, aunque ya se puede consultar «online» en el Journal of Attention Disorders. Se titula Possible cognitive benefits of acute physical exercise in children with ADHD: a systematic review, y es de Grassmann, Alves, Santos-Galduróz y Fernandes-Galduróz.

Las conclusiones de estas revisiones son bastante similares: hay razones para pensar que el ejercicio físico puede tener efectos positivos en los niños con TDAH, pero las evidencias disponibles no son suficientes para hacer recomendaciones firmes ya que los estudios realizados tienen, generalmente, un carácter exploratorio y son pocos los que utilizan métodos de investigación rigurosos.

Las mejoras más documentados (sin contar las de tipo físico) son las de comportamiento y de funciones ejecutivas (control de la impulsividad, concentración). Normalmente la actividad física se refiere a actividades aeróbicas lúdicas o deportivas, de intensidad moderada o alta y realizadas con periodicidad.

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